(El nombre ha sido modificado a solicitud del informante)
Nuestra siguiente
entrevistada tiene la ocupación de realizar el servicio de limpieza en
diferentes casas; tiene 52 años y en ésta ocasión nos comenta la percepción que
ella tiene a la hora de hablar de “Las Islas” y de cómo es que Cochabamba ha
ido sufriendo un proceso de transformación a lo largo de los años en cuanto a
su gastronomía.
P.
¿Alguna vez ha comido en “Las Islas”?
R. He ido a comer
alguna vez; con mis sobrinos, con mis amigas.
P.
¿Cree que esa comida guarda algo de la comida tradicional cochabambina?
R. Algunas cosas sí,
pero mayormente no. Si recordamos el pollo, por ejemplo, sólo se comía en los
cumpleaños. No era plato de todos los días; en cambio ahora es barato y lo
venden en todas partes, pollo y pollo, en cada esquina.
P.
¿Con la carne era igual?
R. Peor con la carne.
En el campo se comía carne sólo en las fiestas, y en la ciudad igual. Mi
familia es de la ciudad, la carne tampoco era de todos los días.
P.
¿Cuál era la base de la alimentación en ese entonces?
R. Verduras, papas,
frutas. Una sopa se cocinaba en horas, se picaba toda clase de verduras, bien
finito, con la papa, las hierbitas. Incluso los fideos y el arroz no se usaban
mucho, de niña yo no comía fideos; mote de habas, de maíz, eso comíamos, con
quesillo fresco. La comida era mucho más sana, por eso la gente de la
generación de nuestros papás envejece mejor. Mi mamá como si nada está. Todas las
tardes come un plato de frutas.
P.
¿Considera que es mejor comer en la casa?
R. Claro, yo antes de salir
al trabajo cocino para mi hijo; afuera todo es frituras, con qué aceite
cocinarán. Tampoco se les puede prohibir ir a esos lugares con sus amigos, lo
hacen por diversión, pero no es comida sana. Para pasar el rato es.
Los platos típicamente
cochabambinos ahora son el silpancho, el lappin, el pique macho. El pique macho
tiene su historia; cuando recién se abrieron los restaurantes, dicen que los oficinistas,
todos iban a comer después de sus trabajos. Una noche unos oficinistas habían
salido tarde de su trabajo y cuando fueron a comer ya no encontraban nada,
hasta que una señora de El Prado les dijo que sí, que iba a prepararles algo.
Entró a la cocina y picó la carne que le había sobrado, después unos chorizos,
hizo las papas fritas, puso huevos duros, todo los que sobró y tampoco
alcanzaba para preparar los platos enteros. Tomó entonces unas cebollas, las
partió en cuatro, unos tomates, los partió en cuatro. Puso todo en una fuente y
les sirvió. Dicen que comieron muy bien, estaban hambrientos; pero uno de
ellos, al ver todo picado y las cebollas partidas en cuatro y no bien picaditas
había dicho: Esto parece hecho por un macho, no por nuestra casera, de ahí el
nombre de “Pique Macho”.
Pero una sopita de
papas picadas, finito, ya no se encuentra en ninguna parte, todo va cambiando.
Se pierde también lo que eran las costumbres de los padres.
P.
¿Sus hijos comen en la casa?
R. Mi hijo menor come
en mi casa, los mayores son casados. Tengo una hija que vive en Brasil; sus
hijitas completamente diferente comen, en la escuela les enseñan a hacer platos
que sean nutritivos, les enseñan a combinar los alimentos; son pequeñitas pero
comen saludablemente. Mi hija les pica zanahorias, apio, abren el refrigerador
y como conejitos están. Yo era adicta a la Coca Cola, con mi hija he aprendido
a controlarme, ahora solo agua tomo.
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Fuente: Propia. |
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