lunes, 13 de noviembre de 2017

ENTREVISTA A RAMÓN ROCHA MONROY


¿Dónde está la capital gastronómica?

 Sixto Ramón Rocha Monroy  es un reconocido escritor y periodista cochabambino, que además de su vocación por las letras, tiene una fascinación por el mundo culinario. El experto gastrósofo es un analista y crítico de varios procesos y prácticas gastronómicas nacionales, por lo que decidimos hablar con él acerca de “Las Islas”. Éste profesional tiene una perspectiva íntegra sobre éste ámbito, ya que toca temas económicos, políticos, sociales y culturales en relación a la comida. Éste se vio sumamente predispuesto a apoyar en el trabajo, ya que considera que muchas veces no se teoriza o estudia sectores que son de vital importancia para la historia de una ciudad, tal como, en este caso, la mencionada plaza de comidas. En el presente texto se desarrollarán los puntos clave tratados en la entrevista con el escritor.

En primera instancia, Rocha Monroy (R.R.M) resaltó la importancia histórica de la vida agraria cochabambina. El denominativo de ser el “granero de Bolivia”, gestó la eterna pregunta de: ¿Cómo alimentar a tanta gente en los centros mineros? Las mujeres y los hijos naturales mestizos que resultaban del encuentro con los españoles, fueron constantemente excluidos, viéndose obligados a trabajar como arrieros o abrir pensiones para la gente del lugar. De ese pasado es que surge la vocación gastronómica cochabambina, según el escritor. Además, ya podíamos ver indicios de la dirección interna del mercado local y su carácter centrípeto. La gente de ésta ciudad se preocupa por la abundancia de buena comida. También señaló que uno de los aspectos más apetecidos por nuestra población, es la existencia de una cantidad inmensa de comida ambulante; esto representa una opción barata y de generosa cantidad. “Las Tierritas”, fue de los primeros sectores de ésta índole en la zona norte de Cochabamba, ahí fue donde se popularizó el consumo de sillpancho entre la población joven.
R.R.M considera que varios lugares urbanos pueden ser zonas de encuentro o de separación; el Rio Rocha siempre marcó una diferencia clara entre el norte y el sur, muchas veces de manera excluyente y problemática. La aglomeración de puestos de comida ambulante es mucho más común en la zona sur, por lo que “Las Islas” representa un traslado exitoso hacia el norte, conformando un espacio beneficioso de reunión y de encuentro.  Sin embargo, es notorio el deterioro de éste tipo de puestos alimenticios; los puestos ambulantes antes brillaban por su forma artesanal y ahora, se asemejan cada vez más al modelo clásico de comida rápida. Lo mismo sucede con la industria avícola, asegura Ramón: “Antes matar a la gallina de la casa era todo un acontecimiento, ahora hay pollos a la broaster en cada esquina”, ésta es una forma desvirtuar la característica artesanal de la comida ambulante.

Otro aspecto que tocó el experto, hace referencia a la ocupación del espacio público. “Las Islas”, a pesar de sus diversos traslados gracias a ordenanzas municipales, cumple el rol de ser un territorio con una alta funcionalidad para los cochabambinos. Alega que la razón de su fama está en relación con su forma pre-capitalista de atención.; el capitalismo discrimina al consumidor, tu casera o casero no. En éste sistema las relaciones humanas priman; fomentando el cariño, el respeto y la lealtad entre las partes involucradas. En locales de comida rápida, “nadie tiene tiempo para atenderte como persona. El cariño es algo nuestro, algo regional. Uno va a buscar a su casera y punto”. Rocha Monroy afirma que en las relaciones sociales siempre hay una clase de conflicto entre lo antiguo y lo nuevo; entre lo nuestro y lo ajeno. “Lo ajeno en este caso es la experiencia de la comida rápida, lo nuestro incluye la relación personal”.

De la misma forma, el escritor habló sobre la lucha cultural a la que estamos inscritos en base a nuestro contexto. En otras partes del mundo, como en Estados Unidos, no existe ese nivel de relación personal gracias al ejercicio del capitalismo pleno. “No sabes quién es el dueño o el encargado del establecimiento de comida, aquí sabes quienes son y su historia, como Doña Anita o Wist’upiku”. En éste sentido, R.R.M señala que hay una necesidad muy grande de hablar de lugares como “Las Islas”; desde su parecer, la historia no debe ser sólo la de las batallas, fechas, héroes o presidentes, sino de los constructores de la vida cotidiana. Debemos realizar una comparación entre lo que había antes y lo que hay ahora. “No hay muchos datos sobre la cotidianidad colonial; no sabemos cómo comían, qué bebían, cómo eran sus relaciones sociales. Hay que reescribir la historia de Bolivia desde lo cotidiano”. Cualquier cosa que afecte en éste sentido, es fundamental como productor de símbolos. De ésta manera, “Las Islas” posee un valor supremo a mero hecho mercantil.

Ramón explica que las personas tenemos una sed por espacios públicos; los necesitamos y tendemos a atribuirles alguna función. Gracias a ésta situación, las prohibiciones de ingreso que disponen varias políticas públicas son fatales. “Los vecinos en principio tenían razón de estar enojados por “Las Islas”. Yo vivía cerca de la plaza 24 de Noviembre y era terrible los fines de semana; las carreras de farreados por ir a comer a estos puestos, terminaban en accidentes por el exceso de velocidad”. El traslado del sector entonces, se ve argumentado por ésta clase de problemas. Sin  embargo, ahora que el lugar es mucho más ordenado, los vecinos siguen generando disputas sociales. El escritor habla de que ciertas personas quieren convertir a Cochabamba en una “ciudad escritorio”. “Con todas sus quejas, no quieren que velemos sus sueños, sino sus insomnios”, asegura el escritor.

Entonces, ¿Dónde está la capital gastronómica? El autor explicaba que nuestra ciudad tiene un carácter restrictivo de por sí. “Prohíben el paso por ciertos lugares; a las 11 de la noche pasa el intendente buscado cualquier motivo para clausurar los locales. En una ciudad con un clima tan esplendido y con una gastronomía tan intensa, tantas prohibiciones no nos dejan surgir como capital gastronómica”, comentaba Rocha Monroy. El reconocido escritor y periodista concluyó la entrevista con una afirmación muy sugerente. “Se debería establecer un mercado adecuado a nuestra realidad. No dejan vivir”. Ésta afirmación está  en relación con la constante disputa que existe entre los vecinos, la alcaldía y los dueños y dueñas de los puestos de “Las Islas”. Ramón Rocha Monroy sin lugar a dudas, demostró en ésta entrevista que debemos ver a esta plaza de comidas desde una perspectiva más integra que englobe factores históricos, culturales, sociales, políticos y económicos, con la finalidad de poder otorgarle la verdadera importancia que este lugar merece.

-Laura Rivera Tapia

Fuente: Santa Cruz de las Letras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

BIENVENIDOS

Bienvenidos a la Isla Urbana náufragos del cemento, del ruido y del caos. Disfruten de éste lugar mágico de la ciudad, donde lo moderno y l...